Nuestra historia
La cocina siempre ha sido el corazón de Ágora Bakery. Inspirados por los rituales familiares, creamos una propuesta culinaria que se distingue por su carácter único y especial. Todo comenzó en una cocina familiar, donde los gestos de cariño hacia familiares, amigos y vecinos se convirtieron en los ingredientes principales de nuestras recetas.
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Con el tiempo, descubrimos que un postre tiene el poder de transformar un día común en algo extraordinario: puede ser el catalizador de momentos especiales, un vehículo para compartir con los seres que amamos, y una forma de honrar celebraciones como cumpleaños, aniversarios o incluso el inicio de nuevas y emocionantes historias. En Ágora Bakery, creemos en la unicidad de cada momento y nos esforzamos por transmitir esa esencia en cada uno de nuestros postres, elaborados artesanalmente con todo el cuidado y dedicación que se merecen.
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En 2020, nació Ágora Bakery, con la misión de endulzar tus momentos especiales y dejarlos marcados por un sabor inolvidable. Desde entonces, nuestro objetivo ha sido ofrecerte un sabor auténtico y distintivo que te transporte a recuerdos entrañables, como el abrazo de la abuela, el calor de la cocina de mamá, o la alegría de compartir con los más cercanos.
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Nos comprometemos a seguir explorando nuevas recetas, siempre con ingredientes frescos y de la más alta calidad, para garantizar un sabor excepcional que te deje con ganas de más. Ese es el espíritu que guía todo lo que hacemos.
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¡Bienvenidos a Ágora Bakery!
Sabor auténtico, creado con pasión.

Sobre mí
Soy Liz Verdiguel, fundadora de Ágora Bakery. Mi formación y experiencia profesional provienen del mundo de la administración, donde trabajé en distintos sectores como directora de Administración y Finanzas, disfrutando de los retos y la dinámica que cada día traía consigo. Sin embargo, con el tiempo, descubrí un mundo fascinante y lleno de emoción: la repostería. Fue en la cocina donde encontré una nueva forma de comunicarme a través de los sabores.
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Decidí dejar atrás un camino seguro para seguir mi pasión y, aunque no soy chef, me he sumergido en el aprendizaje de nuevas técnicas, recetas y sabores. Aposté por hacer de la repostería no solo un sueño personal, sino una forma de conectar con los demás y aportar algo positivo a mi comunidad. En Ágora Bakery, cada postre tiene una historia que contar y una emoción que compartir. Y aunque mi viaje es solo el principio, me emociona seguir explorando este mundo lleno de retos, creatividad y amor por lo artesanal.


